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Lidiando con el drama

Cómo establecer y mantener límites

Un límite es una pauta o norma que estableces con otra persona para determinar la manera adecuada y segura de que interactúe y se comporte contigo, y cómo responderás si se pasa de la raya.

La última parte de esa definición es muy importante y algo que la gente suele olvidar: cómo responderás si se pasan de la raya.

Si alguien rompe tus límites, deberías haberle informado de lo que ocurrirá y tú deberías mantenerlos. Puede ser muy duro, pero es parte integrante de la autopreservación. 

Algunos ejemplos de límites ineficaces y eficaces:

  • Ineficaz/No es un límite: No puedes hablarme en ese tono.
  • Efectivo/Límite: Si sigues hablándome así me voy de la habitación.
  • Ineficaz/No es un límite: No puede llamarme fuera del horario laboral.
  • Efectivo/Límite A: No contestaré al teléfono después de las 5 de la tarde.

Los límites no consisten en controlar a los demás, sino en proteger tu propio espacio y tomar el control de ti mismo.

El tiempo y el espacio curan de verdad todas las heridas

Involucrarse en algo dramático puede parecer lo más importante del mundo. En realidad, 99 de cada 100 veces, si te alejas y le das tiempo, dejarás de preocuparte al cabo de un tiempo. Olvidarás por qué te importaba en primer lugar y podrás centrarte en otras cosas más importantes, ponerte más sano y seguir adelante. Mientras tanto, haz lo que puedas para distraerte, concentra tu energía en otra cosa y recuerda que cuanto antes dejes de apegarte a la situación, antes no te arrastrará ni te consumirá. El tiempo te permitirá dejar de preocuparte, o al menos de preocuparte tanto, por imposible que te parezca.

Aléjate durante un día (o incluso una hora). Si reaccionas en el momento, a menudo dirás o harás cosas de las que te arrepentirás más tarde. Aléjate de la situación y vuelve a ella más tarde. Cuando hayas hecho otras cosas y te hayas distraído, podrás volver a ella con una nueva perspectiva. Cuando vuelvas, podrás decidir si tu primer instinto era el que querías seguir o si te gustaría proceder de otra manera.

Tómese tiempo para cuidarse

Dedique tiempo a cuidar de sí mismo. Céntrate en cosas que te aporten alegría, relajación y tranquilidad. Pueden ser aficiones, ejercicios, meditaciones o pasar tiempo con personas que te apoyen y hablar de cosas que no sean el drama.

Buscar apoyo

Asegúrate de recurrir a tu sistema de apoyo. Rodéate de personas que te entiendan: familiares, amigos o profesionales de confianza. Habla con ellos y ten en cuenta sus consejos y orientación.

Evite los cotilleos

A menudo, los cotilleos sólo aumentan el drama y provocan más estrés. Intenta abstenerte de hablar de los demás a menos que estés procesando con tu sistema de apoyo cómo te hizo sentir una situación o una persona o intentando resolver un problema. Si no es productivo y parece un cotilleo, probablemente no sea útil y sólo cause daño.

Recordar las prioridades y lo que realmente importa

Esto es especialmente relevante en el caso de los cotilleos y dramas comunitarios en las redes sociales. El TID es un trastorno derivado de un trauma infantil. Este trauma suele ser el abuso a manos de adultos. Se trata de problemas increíble, seria y terriblemente serios y mucho más profundos que una guerra de cotilleos en línea del tipo "él dijo, ella dijo", por muy importante que pueda parecer en ese momento. Una vez que recontextualices esto en tu mente, te resultará mucho más fácil alejarte del drama y dejar que los demás continúen si quieren, pero desentenderte y centrarte en ti mismo y en lo que es importante para ti.

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