Diferentes tipos de terapia
Hay muchos tipos de terapia y los terapeutas suelen estar formados en varios enfoques diferentes. Puedes probar una combinación de estos enfoques con tu terapeuta. Puede que descubra que uno de los enfoques le funciona mejor, y eso puede cambiar con el tiempo. Un enfoque puede funcionar con un terapeuta pero no con otro. Es importante seguir probando cosas nuevas y estar abierto a ellas siempre que confíes en el terapeuta con el que trabajas. Puede que nunca te hayas planteado la terapia de juego, y puede que al principio te parezca una tontería, pero puede que acabe siendo increíblemente útil para ti y provoque grandes avances.
Estos son algunos de los enfoques más habituales:
Terapia cognitivo-conductual (TCC): La TCC es un tipo de terapia conversacional que le ayuda a cambiar formas de pensar, sentir o comportarse que no le son útiles. Se centra en identificar patrones negativos y suele utilizarse para tratar la ansiedad, la depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
Terapia dialéctica conductual (TDC): La TDC se centra en la atención plena combinada con enfoques de TCC. Suele utilizarse para tratar el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) y para ayudar a las personas con ideación suicida.
Terapia basada en la atención plena: La terapia basada en la atención plena se centra en prácticas como la meditación para controlar el estrés, la ansiedad y la depresión.
Terapia familiar: La terapia familiar trabaja con las familias -juntas, por separado, en la consulta o en casa- para resolver conflictos y mejorar la comunicación.
Terapia de pareja: En ocasiones, la terapia de pareja también se realiza conjuntamente y, en otras, las sesiones se llevan a cabo individualmente para mejorar la comunicación y resolver conflictos con el fin de fortalecer la relación de pareja.
Terapia centrada en el trauma o informada por el trauma: La terapia centrada en el trauma está diseñada para abordar el trauma y sus efectos.
Arteterapia: La arteterapia permite a los pacientes utilizar su creatividad para explorar sus emociones. Esto puede ser muy útil para las personas que luchan por encontrar palabras para explicar sus sentimientos.
Terapia de exposición: Se utiliza sobre todo para las fobias y los trastornos de ansiedad. La terapia de exposición expone gradualmente a las personas a aquello que temen para demostrarles que no tienen por qué temerlo tanto.
Terapia narrativa: La terapia narrativa se centra en reescribir los relatos y las historias personales para cambiar la forma en que las personas se perciben a sí mismas, a los demás y sus experiencias.
Terapia de juego: La Juegaterapia permite a las personas comunicarse y expresarse a través del juego 🙂 .
Terapia de Sistemas Familiares Internos (IFS): La terapia IFS implica comprender las diferentes partes de uno mismo y cómo funcionan juntas.